lunes, 31 de octubre de 2005

Bibliocaustos (I)

Libro quemando "Ahí donde queman libros, terminan quemando hombres" Heinrich Heine

Desde que el libro es libro, éste se ha visto expuesto a todo tipo de destrucciones, listas negras y persecuciones. Desde la desaparición de la Biblioteca de Babilonia en el 2000 a.C. hasta Bagdad en 2003 con el incendio de la Biblioteca Nacional y sus archivos, pasando por la Biblioteca de Alejandría, Grecia, Roma, China, la Inquisición, y un largo etcétera, se han producido bibliocaustos (el término lo creó la revista Time a raíz de la destrucción nazi en 1933) de forma más o menos continuada.
Según Fernando Báez autor de la "Historia universal de la destrucción de los libros",
"El 60 por ciento de los desastres bibliográficos han sido intencionales. No eran bárbaros, ignorantes o gente inculta los mayores quemadores de libros, sino intelectuales, que han estado detrás de las grandes dictaduras que queman libros."

El 10 de mayo de 1933 en la Plaza de la Ópera de Berlín, más de 25.000 libros tildados de antialemanes (sic) por los nazis ardían en una inmensa hoguera. Junto a innumerables autores judíos se quemaban obras de Thomas Mann, H.G. Wells, Marcel Proust,… Fue sólo una de las numerosas quemas de libros que se hicieron a lo largo de toda Alemania lideradas por el ministro Joseph Goebbels. Se dice que los nazis destruyeron millones de libros. Paradójicamente los aliados, al bombardear Alemania, también destruyeron cientos de miles de obras.
Así lo relata F. Báez:

El 2 de mayo, en Leipzig en Gewerkschaftshaus, se destruyeron textos, pero fue realmente el 5 de mayo de 1933 cuando empezó todo. Los estudiantes de la Universidad de Colonia fueron a la biblioteca, y en medio de lágrimas y risas, recogieron todos los libros de autores judíos o de procedencia judía. Horas más tarde, los quemaron. Estaba bastante claro que esa era la vía elegida para mandar un mensaje al mundo entero. Y los actos que siguieron así lo probaron.
(...)Plaza de la Opera
El 10 de mayo fue un día agitado desde muy temprano. La Asociación de Estudiantes Alemanes se agolpó en la biblioteca de la Universidad Wilhelm Von Humboldt y comenzaron a recoger todos los libros prohibidos por el régimen. Había una euforia inesperada. Finalmente, los libros, junto con los que se habían obtenido en otros centros, como el Instituto de Investigaciones Sexuales o en las bibliotecas de judíos capturados, fueron transportados a Opernplatz. En total, el número de libros sobrepasaba los 25.000. Muy pronto se concentró una multitud alrededor de los estudiantes. Éstos comenzaron a cantar un himno que causó gran impresión entre los espectadores. La primera consigna fue fulminante:
Contra la clase materialista y utilitaria. Por una comunidad de Pueblo y una forma ideal de vida. Marx, Kautsky .
La hoguera ya estaba encendida. Tal vez nadie podía creer lo que pasaba, pero no dejó de sorprender a cualquier observador que una de las capitales más cultas del mundo, donde se encontraban algunas de las más importantes universidades europeas, era el centro de una de las quemas de libros más impresionante de la época. Joseph Goebbels, quien dirigía todas las acciones, levantó la voz y después de saludar a todos con un estruendoso Heil, explicó los motivos de la quema:
GoebbelsLa época extremista del intelectualismo judío ha llegado a su fin y la revolución de Alemania ha abierto las puertas nuevamente para un modo de vida que permita llegar a la verdadera esencia del ser alemán. Esta revolución no comienza desde arriba, sino desde abajo, y va en ascenso. Y es, por esa razón, en el mejor sentido de la palabra, la expresión genuina de la voluntad del Pueblo[...]
Durante los pasados catorce años Uds., estudiantes, sufrieron en silencio vergonzoso la humillación de la República de Noviembre, y sus bibliotecas fueron inundadas con la basura y la corrupción del asfalto literario de los judíos. Mientras las ciencias de la cultura estaban aisladas de la vida real, la juventud alemana ha reestablecido ahora nuevas condiciones en nuestro sistema legal y ha devuelto la normalidad a nuestra vida[...]
Las revoluciones que son genuinas no se paran en nada. Ninguna área debe permanecer intocable[...]
Por tanto, Uds. están haciendo lo correcto cuando Uds., a esta hora de medianoche, entregan a las llamas el espíritu diabólico del pasado[...]
El anterior pasado perece en las llamas; los nuevos tiempos renacen de esas llamas que se queman en nuestros corazones[...]
Los cantos prosiguieron y al final de cada estrofa se arrojaban algunos libros cuyos autores se mencionaban:
Contra la decadencia misma y la decadencia moral. Por la disciplina, por la decencia en la familia y en la propiedad. Heinrich Mann, Ernst Glaeser, E. Kaestner
Contra el pensamiento sin principios y la política desleal. Por la dedicación al Pueblo y al Estado. F.W. Foerster.
Contra el desmenuzamiento del alma y el exceso de énfasis en los instintos sexuales. Por la nobleza del alma humana. Escuela de Freud.
Contra la distorsión de nuestra historia y la disminución de las grandes figuras históricas. Por el respeto a nuestro pasado. Emil Ludwig, Werner Hegemann.
Contra los periodistas judíos demócratas, enemigos del Pueblo. Por una cooperación responsable para reconstruir la nación. Theodor Wolff, Georg Bernhard.
Contra la deslealtad literaria perpetrada contra los soldados de la Guerra Mundial. Por la educación de la nación en el espíritu del poder militar. E.M. Remarque
Contra la arrogancia que arruina el idioma alemán. Por la conservación de la más preciosa pertenencia del Pueblo. Alfred Kerr
Contra la impudicia y la presunción. Por el respeto y la reverencia debida a la eterna mentalidad alemana. Tucholsky, Ossietzky
(...)
Hitler no olvidó nunca a Goebbels y le perdonó todo, hasta sus reiterados deslices con prostitutas. El día de su suicidio, en 1945, lo nombró Canciller del Reich. Y Goebbels, aceptó este honor, pero por unas horas. Casi como si se tratara de una simetría perversa, el 1 de mayo, el mes de la gran quema de libros, acabó con todos sus hijos, mató a su esposa, y luego, no sin esbozar una sonrisa de triunfo y alzar la mano celebrando al Führer, se dio muerte .

lunes, 24 de octubre de 2005

Frases y fragmentos ... (II)

... de lecturas más o menos recientes


Stendhal Zarraluki Platon
Finkelstein Welsh


"Una niña de dieciséis años tenía las mejillas rosadas y se ponía colorete"
Polidori (El rojo y el negro, Stendhal)

"Las mujeres de verdad dejan un rastro – me contestó tras unos instantes de reflexión -. Manchas de carmín en los vasos, zapatos en las cocinas, bragas tiradas por el suelo. No sé cómo lo hacen, pero funciona. Vaya si funciona. Yo parezco lesbiana, joder"
(Para amantes y ladrones, Pedro Zarraluki)

" … debía de hacer no sé cuantos meses que no la veía, quizá más de un año. Estaba viejísima y arrugada. Llevaba un sombrerito ridículo de color lila. Se plantó en la acera delante de mí y me dijo: "¡Has adelgazado, estás flaquísima!". Yo le contesté: "Es que tengo cáncer". Y entonces ella, bizqueando un poco, me miró asustadísima y me soltó: "¡Pues te sienta muy bien!."
(Para amantes y ladrones, Pedro Zarraluki)

"No se puede comparar a dos pueblos desgraciados y decir que uno es más feliz que otro"
(Cita de Platón en La industria del Holocausto, Norman G. Finkelstein)

"La novelista Cynthia Ozick en All the World Wants the Jews Dead dio una explicación sencilla de las críticas a Israel: "El mundo quiere eliminar a los judíos (…), el mundo siempre ha querido eliminar a los judíos". Si todo el mundo desea que los judíos desaparezcan, lo realmente extraño es que sigan vivos… y que, a diferencia de buena parte de la humanidad, no estén precisamente muriéndose de hambre."
(La industria del Holocausto, Norman G. Finkelstein)

""He estado dándome la pomada esa que me recetó, doctor Rossi, pero sólo me pone peor."
"Mmm", dice Rossi, "bájese los pantalones, por favor".
Accedo, preguntándome si este cabrón no será un culeador.
Parece que nunca pueda esperar a que me quite los putos gayumbos. Rossi, claro. Italiano. Papista. Esos capullos son todos pederastas. Por eso hay tan poca población en Irlanda, joder,. La crisis de la patata, y un cuerno, es porque todos esos cabrones fenianos son porculeadores.. Mismas reglas. Rossi, bueno, ya sé que es su trabajo, pero vaya una tapadera tan perfecta para bujarrones."

(Escoria, Irvine Welsh)

martes, 18 de octubre de 2005

Juliette Binoche


Ayer volví a ver, después de muchos años, Azul (1993- Krzysztof Kieslowski) y, una vez más, me ha dejado fascinado la impresionante interpretación de Juliette Binoche.

Un rostro que te deja cautivado durante toda la película, una fuente inacabable de emociones (firmeza, depresión, gravedad, inocencia, carácter, …) que te llega a absorber de tal forma que olvidas todo lo que rodea a la película para centrarte, hipnotizado, en el personaje de Julie, en una mirada tan profunda que eclipsa unos ojos preciosos.
Un director de cine llegó a decir de la Binoche que “Me gustaria hacerla llorar para poder consolarla"; bueno, quizás sea un poco sádico así que me quedo, y comparto, con lo que de ella dijo el ex presidente de la República François Mitterrand, lamentándose de haberla conocido ya anciano y enfermo:


“Cumple las cinco reglas basicas de una mujer ideal:
-Ha cumplido los treinta.
-Hay algo en ella que viene del Norte.
-Ni se maquilla ni lleva joyas.
-Es una desconocida o una actriz, pero no una modelo.
-Y es morena".


Filmografía destacada: Jet Lag (2003), Chocolat (2000), El paciente inglés (1996), Un divan en New York (1996), Rouge, Blanc (1994), Azul (1993), Fatale (1992), Cumbres borrascosas (1992), Los amantes de Pont-Neuf (1991), La insoportable levedad del ser (1988), Hail Mary (1985), Rendez-vous (1985), Liberty belle (1982).

viernes, 7 de octubre de 2005

Enfermos, minusválidos ... genios (II)


Nietzsche KahloPaganini

Friedrich Nietzsche (1844-1900). Filósofo, poeta y filólogo alemán.
Sufrió una pésima salud a lo largo de toda su vida. A los 11 años enfermó de escarlatina (que tenía una alta tasa de mortalidad en la época). Un año más tarde comenzaron sus dolores de cabeza y ojos que le acompañarían prácticamente durante toda su vida.
A los 21 años sufrió un accidente montando a caballo que le ocasionó problemas en el pecho, accidente al que se le atribuye influjo en sus dolencias posteriores.
A los 24 padece difteria y disentería. El médico le prohibiría por varios años la lectura y la escritura. Su "amigo" Richard Wagner le escribe al médico que, en su opinión, la causa de la enfermedad de Nietzsche es el onanismo, y que el cambio operado en el pensamiento de aquél es "una consecuencia de tendencias no naturales que apuntan a la pederastia". Con posterioridad, en el momento en que Nietzsche se entera de esto (probablemente 1883), califica las palabras de Wagner de ofensa mortal.
En 1889 le atacará la locura, producida por una parálisis cerebral atribuida bien a una antigua sífilis, bien a caracteres genéticos y fue ingresado en una clínica psiquiátrica.

Frida Kahlo (1907-1954). Pintora mexicana.

Su vida quedó marcada por el sufrimiento físico que comenzó con la polio que contrajo en 1910 y continuó con diversas enfermedades, lesiones, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad le dejó una secuela permanente: una pierna derecha mucho más delgada que la izquierda.
A los 19 años sufre un terrible accidente cuando viajaba en un autobús y este es colisionado por un tranvía. El resultado fue rotura de la columna vertebral en tres sitios, así como la clavícula, tres costillas, la pierna y el pie derecho. Un tubo le atraviesa la cadera hasta el sexo produciéndole una triple fractura de la pelvis que le impediría tener hijos.
Su vida transcurrió en gran parte postrada en una cama y su dolor es narrado a través de su obra, expresa la desintegración de su cuerpo y el terrible sufrimiento que padeció en obras como La columna rota, autorretrato en el que aparece con un aparato ortopédico de metal (se vió obligada a llevar corsé de acero) y con el cuerpo abierto mostrando una columna rota en lugar de la columna vertebral.
Con 46 años le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que le llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones.
Sus últimas palabras en su diario fueron: "Espero que la marcha sea feliz y espero no volver".

Nicolo Paganini (1782-1840). Violinista y compositor italiano.

La excepcional agilidad y virtuosismo como violinista se debía en gran parte a su gran flexibilidad articular causada por el Síndrome de Ehlers-Danlos. El doctor que lo atendió durante años, que afirmaba que "... su mano tiene una gran elasticidad, al igual que su hombro y su codo...", observó que cuando tocaba su codo cruzaba por encima del otro codo; la flexibilidad de Paganini era tan grande que la uña del dedo pulgar llegaba a tocar el dorso de su mano, esta hiperlaxitud le permitía tocar tres octavas con poco esfuerzo. Se sabe que voluntariamente podía flexionar lateralmente la articulación de sus falanges distales.
Sus contemporáneos lo describen como un ser cadavérico, de ojos negros, piel blanca como la cera, pelo largo y negro, nariz prominente y estatura media; la coloración de la piel adoptaría un tinte gris plateado, debido al tratamiento mercurial que recibió para la sífilis. Dicho tratamiento también fue el responsable de la pérdida de las piezas dentarias y de las molestias estomacales que acompañaron al compositor a lo largo de sus últimos años.
De forma gradual fue perdiendo su voz y permaneció afónico durante los dos últimos años de su vida, entre los diagnósticos diferenciales se barajan la laringitis tuberculosa y la lesión del nervio recurrente secundaria a un aneurisma aórtico.

lunes, 3 de octubre de 2005

Enfermos, minusválidos ... genios (I)


Swift Goya

Pope Schumann


Jonathan Swift (1667-1745). Escritor político y satírico anglo-irlandés.

El autor de la inmortal "Los viajes de Gulliver" sufrió el síndrome de Ménière que le provocaba mareos y sordera; finalmente acabaría internado en un manicomio por "pérdida de memoria y de sentido". En sus obras deja ver un carácter amargo y huraño provocado por la enfermedad, como la propia "Los viajes de Gulliver" (1726) o en "Una humilde propuesta" (1729) donde propone que los niños irlandeses pobres podían ser vendidos como carne para mejorar la dieta de los ricos, pues con ello se beneficiarían todos los sectores sociales.

Francisco de Goya (1746-1828). Pintor y grabador español.

Si hubiese muerto en 1791, antes de enfermar, le consideraríamos un magnífico pintor para su siglo, pero no el genio que ahora conocemos.
En 1792 Goya sufrió una enfermedad extraña y repentina que le dejó temporalmente ciego y permanentemente sordo. Aunque jamás se produjo un diagnóstico definitivo, abundan circunstancias que indican la posibilidad de envenenamiento, método frecuentemente empleado en aquella época por los agentes británicos para deshacerse de sus enemigos. Wolfgang Amadeus Mozart, genio musical y campeón de la causa republicana en Alemania, había muerto un año antes de una "enfermedad" igualmente enigmática.
El cuadro clínico es complejo. Goya sufre vértigos, acúfenos e hipoacusia. Se encuentra en un estado estuporoso, con alucinaciones y delirios. Como consecuencia desarrolla una depresión. Su aspecto general se deteriora profundamente y adelgaza de forma llamativa.

Alexander Pope (1688-1744). Poeta inglés.

Desde su juventud sufrió de varios problemas de salud, incluyendo el Mal de Pott (una forma de tuberculosis que afecta la columna vertebral), que deformó su cuerpo y atrofió su crecimiento, lo cual ayudó sin duda a que muriera a la edad relativamente temprana de 56 años (en 1744). Nunca creció por encima de los 1,37 m.
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Robert Schumann (1810-1856). Compositor alemán.

Tuvo que dejar su carrera de pianista y dedicarse a componer música debido a una lesión irreversible que le paralizó la mano derecha.
A los 23 años, en 1833, trató de quitarse la vida. Siete años más tarde, vivió una de sus épocas más felices y creativas. En 1844, cayó de nuevo en la más profunda depresión. Cuatro años después, volvía a estar alto, es decir, en otra etapa de euforia. Y en 1854 trató de suicidarse otra vez tirándose al río Rin, aunque le rescataron. Entonces fue internado en un psiquiátrico donde murió dos años después de una inanición que él mismo se impuso. Estos altibajos describen la enfermedad maníaco-depresiva, más conocida como bipolar por el hecho de arrojar al individuo desde la apatía más absoluta hasta la genialidad.